A mediados de la década de los 80 comienza a haber preocupación entre algunos vecinos de Vimianzo por la situación de ruina de los batanes y molinos. Las gestiones hechas por el ayuntamiento de Vimianzo, en las que tuvo una participación muy activa el concejal Ramón Gándara, consiguieron que se hiciera una primera restauración del tejado del edificio norte y uno de los batanes.
La recuperación de la maquinaria del batán fue un trabajo realmente pionero realizado durante el invierno de 1985 y 1986 por uno de los propietarios, José García, ayudado por el carpintero Daniel da Carballa. Este proceso supuso una auténtica investigación sobre la mecánica delos aparatos y fue recogido en un pequeño documental titulado “Os derradeiros batáns” (Los últimos batanes).
Desgraciadamente las riadas del año 1987 afectaron seriamente a la edificaciones y dañaron las maquinarias de los batanes que quedaban en el interior. De este modo el abandono volvió a Mosquetín y a inicios de la década siguiente batanes y molinos volvían a estar de nuevo cubiertos por la vegetación.
Ante esta situación se produjo un acontecimiento extraordinario y casi sin precedentes en la zona. El 28 de diciembre de 1991 unas veinte asociaciones de los tres ayuntamientos de la Terra de Soneira (Vimianzo, Zas y Camariñas) se juntaron bajo el lema “Salvemos los Batanes” para limpiar la vegetación del entorno de los edificios.
Sin embargo, la recuperación definitiva del conjunto no llegó hasta el año 1997. En ese año se comenzaron a realizar gestiones para la compra de los molinos y batanes por parte de la Diputación de A Coruña. Una de las personas clave en el proceso fue Felipe Senén, director del Departamento de Gestión Cultural de la Diputación. También fundamental fue la participación de Xosé María Lema, Roberto Mouzo y el Concejal Ramón Gándara, sobre todo en las negociaciones con los últimos propietarios.
En estos años de finales de la década de 1990 e inicios de la década siguiente se realizaron las últimas grandes obras de restauración y de acondicionamiento del entorno. Entre las acciones destacaron la redacción de un proyecto de musealización por Francisco Doval y la restauración final de los tres batanes realizada por Martín Senande, carpintero de Canduas (Cabana de Bergantiños).
En la actualidad molinos y batanes son propiedad de la Diputación de A Coruña y desde el año 2016 el ayuntamiento de Vimianzo gestiona el servicio de atención a los visitantes, las actividades de animación, comunicación y promoción del conjunto etnográfico.