En torno a los molinos se generó en todo el territorio gallego un rico patrimonio inmaterial. Eran lugares a los que se iba a moler el grano y mientras la moa molía, había horas muertas durante las cuales se hacían bailes, se cantaban cantigas, se contaban leyendas o cuentos de miedo… Muchas veces la molienda se hacía de noche y se aprovechaba esta circunstancia para el moceo, el cortejo y también para las bromas.
Una de las manifestaciones más ricas son las cantigas. Su temática es variada, pero el moceo suele ser uno de los temas predilectos. Los dobles sentidos y la ironía están siempre muy presentes en estas obras.
Curiosamente sobre los batanes, al no ser edificaciones tan habituales, el folclore es más reducido. La única cantiga que se menciona en el Cancioneiro Popular Gallego de la Fundación Pedro Barrié de la Maza (1984) es la siguiente:
Unha noite me colleron
no muíño do Batán
unha noite me colleron
outra non me collerán.
Por el contrario, relacionado con los molinos hay incontables cantigas por toda la geografía gallega. Para A Costa da Morte y el territorio más próximo al lugar de Mosquetín estas son algunas de ellas:
O cregho foi ó Muíño
e caíu da ponte embaixo
¡Apara o cregho, nena,
que vai polo río abaixo!
Unha noite no muíño,
unha noite non é nada.
Catro somanas enteiras
¿esa si que é muiñada!
O cantar do arrieiro
é un cantar moi baixiño,
que llo cantaban as nenas
cando iban po muíño.
Xa te andabas alabando
polos muíños moendo:
que te casabas comigo;
eso si, onde eu morrendo.
Cantigas recogidas de: Pablo Díaz Carro, Olga Kirk Martínez (2012): Cancioneiro de Cabana de Bergantiños.