El lugar de Mosquetín pertenece a la parroquia de Salto, en el Ayuntamiento de Vimianzo. En este paraje de singular belleza se sitúa el extraordinario conjunto de batanes y molinos, justo al lado del río Grande, que desemboca en la ría de Camariñas. El agua de esta importante corriente fluvial es el elemento que permitió su funcionamiento desde hace más de 250 años. Si nos acercamos hasta ellos podemos comprobar cómo se trata de 2 sencillas construcciones alargadas hechas con mampostería de piedra y cubiertas de teja. En el interior se encuentran las maquinarias de 7 molinos y 3 batanes.
El edificio norte, el que está más próximo de la carretera, se divide en tres estancias diferentes que acogen respectivamente un molino albeiro, para moler trigo, dos molinos negreiros o de maíz y 3 batanes.
El edificio sur, más próximo al río, sólo tiene molinos, también repartidos en tres espacios. En el primero había un molino albeiro, en el siguiente un molino de relón (salvado) y en el tercero dos molinos negreiros.
Tanto molinos como batanes usaban el agua embalsada en una presa localizada a poca distancia río arriba. El agua era luego conducida a través de canales para mover las ruedas que hacían funcionar la maquinaria de los ingenios.
Por los datos que conocemos de estos edificios sabemos que estuvieron en funcionamiento desde al menos el siglo XVIII hasta el año 1966 y dieron servicio continuado a muchos vecinos de la zona que traían sus mantas de lana a abatanar o el maíz y el trigo para moler y obtener harina.
El entorno se completa actualmente con un área recreativa situada justo al lado del río Grande y al lado del conjunto etnográfico, con zonas de sombra y mesas de piedra para uso de los visitantes.