¿Qué es un batán?

Hoy en día la confección industrial de piezas de ropa hizo innecesario el uso de los batanes, porque el tejido ya sale de las fábricas listo para ser usado. Sin embargo, cuando los telares eran manuales las telas de lana, después de ser tejidas, presentaban una trama muy floja, poco firme y se deshilachaban fácilmente. Por ese motivo era preciso someterlas a un proceso de abatanado que conseguía no sólo apretar y amalgamar las fibras, sino también eliminarles el pelo y la grasa sobrantes.

Los batanes son por lo tanto construcciones concebidas para el abatanado de las telas, especialmente de las telas de lana. En líneas generales suelen ser edificios bastante rústicos en los que se sitúa una maquinaria de madera con dos grandes mazos movidos por la fuerza del agua, que golpean de forma alternativa los tejidos.

En Galicia estos ingenios además de batán también reciben el nombre de pisón o folón. Sin embargo no fueron muy abundantes en el territorio, ya que era más frecuente la confección de tejidos de lino que de lana. En la Costa da Morte, además de Mosquetín, hay evidencias de la existencia de batanes en lugares como en el río Lourido (Corcoesto, Cabana de Bergantiños), o en Verdes (Coristanco).

Elementos de un batán Gallego.

Manta abatanada del Museo do Pobo Galego.

La toponimia nos proporciona también pistas de la localización de antiguos batanes ya desaparecidos en áreas bastante dispersas. El nombre batán aparece por ejemplo 14 veces en la provincia de la Coruña, 15 en la de Lugo, 3 en Pontevedra y 1 en Ourense. Otros topónimos relacionados son Folón, Felós y Folonia.

Actualmente en Galicia apenas quedan otros tres batanes que conservan su estructura y maquinaria. Todos ellos más pequeños que los de Mosquetín. Son los de Mezonzo (Vilasantar), Río Chonia (Trazo) y el de Finca Galea (Valadouro).

Batán de Mezonzo (Vilasantar).